domingo, 19 de julio de 2009

BRINDIS

BRINDIS

Las copas de los árboles
se yerguen, majestuosas,
brindando con su savia
-como vasos de vino verde-
¿compartiendo los amigos,
que a veces, perezosos,
acuden al brindis final,
sin oír la ceremonia?
La fiesta pronto comienza,
acuden volando al parque
los tiernos gorriones,
papagayos de colores,
nocturnos murciélagos,
cigüeñas de largos picos,
buitres carroñeros,
gaviotas oceánicas…
Suenan bellas melodías.
Aperitivo sabroso,
esperando el primer plato.
Llega el manjar principal,
pero no sacia bastante.
Pescado desespinado.
Apetecible la carne.
¡Tengo muchísima hambre!
Ahora, por fin el postre.
Café, copa y puro.
Todos ¡llenas sus barrigas!
abandonan el parque,
dejando atrás gusanillos,
que se sacian con las migas.
Allá, en otro lugar,
si no puede ser en éste,
esperarán, impacientes,
poder hincar bien los dientes.

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