DENTRO DE UN DECENIO
(Los años morirán,
nuestro hoy, nunca)
en una madrugada
imaginaria y perpetua,
portadora de
reliquias venideras,
que agasajen mis
despertares
ensombrecidos de
nocturnidad,
alevosía doliente de
penas,
en una ensoñación que
despertará de madrugada,
cuando los gallos,
allá lejos, canten al día.
Me acordaré como la
huella de tu perfil
demoraba los adioses,
cuando mis brazos
apoyados en el quicio
de la ventana
sujetaban los momentos
del recuerdo,
vivencias tangibles
de susurros amorosos,
reposados en dos
tazas de café.
Los pájaros
regresarán a la Chopera,
y en su vuelo
aleteante dibujarán sobre el cielo
los versos que no
supe escribirte
cuando aún vivía
solamente por tí.
Pero… aquí y ahora,
te emplazo
para mirarnos a los
ojos dentro de un decenio,
cuando aún
necesitando lentes,
disfrutemos del
brillo que irradien nuestras miradas
y sepamos que mereció
la pena.
bello poema y profundo y meláncolica fotografía otoñal.
ResponderEliminarJosman.
Ay, amiga, ay, qué erizamiento de piel. Vida. Nos debemos unas cervezas. Pronto.
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