Jugando a los amores imposibles
oscurece la tarde tras el sol.
Se marchitan las flores coloristas
en busca de un
refugio mejor.
Me oculto tras el manto del cariño
amasando el pan de nuestro amor.
Nunca, mi
pensamiento
unido a mi corazón pensó
en el beso que un día,
loco hechizo del querer,
guardara como una joya
aquello que un día fue
reliquia de nuestros besos,
corazón para querer
ilusionadas esperas…
Atardeciendo el ayer.
Galopa, con grandes pasos
amarrado, el corcel,
riendo con risas de lágrimas,
cosecheras del querer
intentando, con torpeza
amarte hasta la vejez.