miércoles, 18 de diciembre de 2013


Y

fue

un dieciocho,

féretro triste y sombrío.

Aquella noche eduqué al oleaje.

Tormenta sigilosa de pausadas veredas,

inundan ufanas los vestigios de otros tiempos,

que endulzan amaneceres con prosaicas palabras,

adormeciendo  los sentidos cubiertos de nieve blanca

mientras arden en el fuego del infierno solemne y enrojecido

las cosechas de maldades que huelen a otros pasados  momentos

de los que afortunadamente queda nada más que el recuerdo de lo bueno.

Savia, flores, besos, hijos, versos, abrazos al borde de un río, debajo de un puente

la vida se va estrechando

formando lazos de suerte

un  día se fue y tu viniste

a mecer mis sentimientos

creando la bella  navidad

que con el corazón deseo

que  eternice por siempre

su recuerdo y tu recuerdo