viernes, 26 de junio de 2009

Realidad

REALIDAD

Abro la cama, y pienso en ti.
Ojeo las páginas de un libro,
su lectura me transporta a otros mundos,
que me alejan de éste por un instante.
Fantaseo con los ficticios personajes,
que tal vez han encumbrado a su autor.
Me adjudico el papel protagonista,
y soy, por un instante, la más guapa,
la más buena, la más rica,
la más querida, la más deseada…
Paso página, termino un capítulo
con el gusanillo de leer el final.
Todo a su tiempo, me digo,
y prosigo devorando letras.
El cansancio –que no el sueño-
me vence con la intriga del fin.
Cierro el libro y los ojos,
comparo la ficción literaria
con las personas de mi entorno.
Y por un instante, solo uno, yo soy la ganadora,
porque… al fin y al cabo
tengo una vida, la mía, la auténtica,
la real, buena o mala, pero…mía, original e inédita,
con penas, alegrías, bonanzas,
quereres y sobre todo esperanzas,
esa verde ilusión que de vez en cuando
me acompaña con el rojo pasional,
el amarillo de los celos, el celeste del cielo,
el brillo estelar, el blanco de la pureza,
el negro de la noche, el transparente alborear,
una amalgama colorista, que forma
el arco iris de mi existencia,
que me transporta, raudo,
hacia la estrella más brillante del firmamento,
la única que brilla para mí cuando apago la luz,
rememoro sus poemas, subo el embozo
y rezo una oración pidiendo soñar con ella
y descubrir su luz en las mañanas de mi vida.

viernes, 19 de junio de 2009

Dafne

Mis cabellos eran verde primavera,
mi cuerpo recia corteza,
mis pies férreas raíces.
Me convertí en una Dafne diferente
quería querer, tocar y abrazar
quería ofrecer mi boca de savia
y que Apolo recibiera
mi espíritu eterno,
abrazador de su alma.
Desperté de mi sueño
La realidad es hermosa.
Soy de carne y hueso.
Puedo querer, tocar y abrazar
porque tengo a mi Apolo.

sábado, 13 de junio de 2009

A VECES OCURREN LOS MILAGROS

Cundo con versos el alimento necesario
para que la astenia no se apodere
de mis sentidos, que se alborotan
cuando el estómago tiene ansías
de tiempos y cariños.

Pongo miel sobre el pan, intentando que las moscas
posen sus sucias patas en otras rebanadas,
como con avidez otro pan, otra miel,
ésa que suaviza los anocheceres,
cuando cae con mansedumbre,
un otoño más sobre nuestras vidas,
y platean las sienes como hojas caídas,
que ven lejos el árbol del que nacieron.

Y después… ¡ay!... después el invierno.

Tal vez, debería cambiar mi manta de suspiros
y tejer otra más acogedora con plumas de ilusión,
esa que a veces necesito, para cubrir
el frío que agarrota mis sentidos,
cuando cae la nieve de la desesperanza
y miro continuamente el buzón de correo,
esperando encontrar unas palabras
que calienten mi corazón.

Afortunadamente como decía el poeta
“a veces ocurren los milagros”
yo también los siento cuando rozas mi piel,
lees mi pensamiento, me miras a los ojos,
besas mis labios, aunque los sellemos sin palabras,
porque a veces… lo más bello es lo no dicho.

lunes, 8 de junio de 2009

Y llueve

Y LLUEVE





El cielo se cubre de nubes
mientras mi cuerpo se llena de gozo
esperando con ansía el mañana
para que llueva en la tierra
y siga creciendo el amor en mi calma.
Caen, suavemente las gotas de lluvia
sobre la ansiosa sequedad del parque,
se cubre mi piel del recuerdo
del terciopelo de tus manos.
Aumenta el furor, golpes sobre los cristales
quietos, que limpia su espejo,
al igual que se lava mi sentimiento.
Agujas de agua, cosen bordados perfectos
en el alféizar de mi ventana,
saco un brazo, luego otro,
la cabeza y hasta el alma
divisando con capricho
los dibujos que la humedad
forma en mi cara,
reflejada muy fielmente en un espejo de nácar.
Pasearé mañana, por el parque solitario
recordando este momento
cuando el líquido elemento
me trajo tu cara a mi casa.

Una mañana de invierno

UNA MAÑANA DE INVIERNO


(Cuando el hielo mate todas las rosas,
píntame una, con muchos pétalos)





Una mañana de invierno,
cuando el sol perezoso no aparece,
caliento mi cuerpo con un sabroso café
y mi alma con un rosario de besos
de ayer tarde, húmedos y sonoros,
que permanecen como una reliquia
pegados a mi piel palpitante.

En mi imaginación
coloco en cada uno un pétalo de rosa,
para fabricarme un vestido
aromático y colorista
que cubra cada resquicio de mi piel
y cuando ya no quede ningún lugar virgen,
tendrás que desnudarme poco a poco,
para poder depositar
en ése pequeño espacio
otro beso que me darás mañana.