viernes, 26 de junio de 2009

Realidad

REALIDAD

Abro la cama, y pienso en ti.
Ojeo las páginas de un libro,
su lectura me transporta a otros mundos,
que me alejan de éste por un instante.
Fantaseo con los ficticios personajes,
que tal vez han encumbrado a su autor.
Me adjudico el papel protagonista,
y soy, por un instante, la más guapa,
la más buena, la más rica,
la más querida, la más deseada…
Paso página, termino un capítulo
con el gusanillo de leer el final.
Todo a su tiempo, me digo,
y prosigo devorando letras.
El cansancio –que no el sueño-
me vence con la intriga del fin.
Cierro el libro y los ojos,
comparo la ficción literaria
con las personas de mi entorno.
Y por un instante, solo uno, yo soy la ganadora,
porque… al fin y al cabo
tengo una vida, la mía, la auténtica,
la real, buena o mala, pero…mía, original e inédita,
con penas, alegrías, bonanzas,
quereres y sobre todo esperanzas,
esa verde ilusión que de vez en cuando
me acompaña con el rojo pasional,
el amarillo de los celos, el celeste del cielo,
el brillo estelar, el blanco de la pureza,
el negro de la noche, el transparente alborear,
una amalgama colorista, que forma
el arco iris de mi existencia,
que me transporta, raudo,
hacia la estrella más brillante del firmamento,
la única que brilla para mí cuando apago la luz,
rememoro sus poemas, subo el embozo
y rezo una oración pidiendo soñar con ella
y descubrir su luz en las mañanas de mi vida.

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