viernes, 2 de octubre de 2009

Ansiado despertar

¿Y si los sueños
cobraran vida?


Aproximé mi boca al papel,
la fotografía no respondió a mis caricias,
abrazo mi cintura con la ilusión
de sentir tus brazos como un cinturón de fiesta,
abro la ventana, las gotas de lluvia
hechas trizas, intentan componer en los cristales
un cuadro de espejismos mutilados,
acaricio nuevamente el retrato
y ahora, mis manos superpuestas
palpan con serenidad los latidos
de un corazón salvaje,
trotador de recuerdos y presentes,
allá, en el parque, los árboles tiritan de frío,
los pájaros han emigrado
hasta encontrar un rayo de sol,
yo, pululo, incesante, entre éstas paredes
que cobijan mis sueños,
sofocos no deseados, me avisan
que los años se van, se pierden
entre mareas de vida vivida o no vivida,
bebo fresca leche, un bigote blanquecino
me hace recordar la última Navidad,
soledad de soledades, con la única compañía
de un cesto de nueces y avellanas,
las zambombas se quedaron en mi infancia,
seres queridos entre tierra
o navegando hacia un mar sin retorno,
leo tus poemas y rememoro lo que cuentan,
abro el ordenador, y allí estás tú
con el mismo libro, que ahora cobijo entre mis manos,
alimento mi esperanza cada vez
que paso una página,
me tumbo en la cama, esperando que
cuando duerma, pueda soñar
con dar vida al papel
y que tu mano oprima la mía
en un ansiado despertar.




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